A menos que la historia natural de una enfermedad durante el curso de la Vida sea conocida, es imposible determinar con seguridad la efectividad o Inefectividad de cualquier medida terapéutica o preventiva.
Es esencial conocer el curso que esta sigue en las personas La tuberculosis comienza con una lesión primaria que cursa y desaparece rápidamente sin causar mayor deterioro orgánico, pero al no desarrollarse una respuesta inmunitaria adecuada, da paso a las formas crónicas que usualmente no se presentan hasta años o décadas después de la infección, es decir que el periodo de incubación de la tuberculosis es indefinido y, por tanto, hace muy compleja su historia natural.
Desde los primeros estudios sobre la tuberculosis se puso en evidencia que solo una minoría, 2 a 4% de los niños que la contraían morían por su causa.
La respuesta fue hallada al mirar la enfermedad como un proceso de dos etapas.
La primera es la adquisición de la infección y, la segunda, el desarrollo de la enfermedad, dos fases tan completamente distintas que parecerían ser causadas por dos gérmenes diferentes.
La tuberculosis se diferencia de otras enfermedades infecciosas en que además de tener un periodo de incubación indefinido, la inmunidad que se desarrolla después de pasada la primo infección generalmente no es suficiente para librar a la persona del organismo invasor, no existe ningún método para identificar con certeza los infectados que desarrollaran la enfermedad.
La historia natural de la enfermedad ha mostrado, también, que los factores de riesgo para desarrollar la infección son muy diferentes de los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad. Un alto riesgo anual de infección tuberculosa en una población, podría producir una insignificante probabilidad de que progrese la enfermedad y al contrario, podría suceder en la mayoría de personas infectadas que desarrollaran la enfermedad.
Los factores correlacionados con el riesgo de infectarse, como son principalmente el grado de contagiosidad y el estrecho y prolongado contacto con el caso fuente, son esencialmente extrínsecos al huésped. Por el contrario, una vez que la infección ha ocurrido, la probabilidad de desarrollar la enfermedad varía ampliamente, oscilando desde 1.800 por 100.000 habitantes por año.
A pesar de que aún son desconocidas las verdaderas causas para esas amplias variaciones de la enfermedad tuberculosa entre poblaciones, se conocen múltiples factores de riesgo propios del huésped y como tal son de carácter intrínsecos. Entre ellos, estudios que evidencian que el tiempo transcurrido después de la infección es uno de los factores bien establecidos, al demostrar que durante los dos primeros años en que el caso fuente fue diagnosticado, uno de cada 100 contactos tuberculinicos positivos desarrollaron enfermedad tuberculosa, y que diez años mas
Otros estudios han demostrado que variables epidemiológicas como edad, sexo y raza, unidos con desnutrición, alteraciones hormonales (diabetes), silicosis, alcoholismo, neoplasias sanguíneas , inmunosupresión de cualquier causa, especialmente el SIDA , ingestión de esteroides y otros medicamentos inmunosupresores están altamente relacionadas con el riesgo de desarrollar enfermedad tuberculosa
Entre los factores de protección para evitar la infección tuberculosa, la principal medida es cortar la cadena de transmisión de enfermos a sanos, mediante la búsqueda y tratamiento de los casos de enfermos infectantes.
En relación con la enfermedad tuberculosa, la vacunación con BCG protege a los niños de las formas diseminadas graves, a pesar que su efecto protector en los adultos es mínimo. En amplias zonas del mundo, con su cortejo de desplazamiento, hacinamiento y desnutrición, la tuberculosis encuentra un caldo de cultivo favorable para incrementar y perpetuar tanto la infeccion como la
enfermedad tuberculosa.
El futuro, como en muchas otras patologías, está ligado al descubrimiento de nuevas alternativas que protegen a unas personas tanto de la infección como de la enfermedad tuberculosa, a pesar de estar expuestas a los mismos riesgos que infectan y enferman.