Está bien cuidar el cuerpo con el ejercicio, pero exagerar puede desarrollar una preocupación obsesiva de esta y una distorsión del esquema corporal hasta el grado de que si no se consigue un cuerpo “fantástico” llega a marcar la diferencia entre ser feliz y no serlo.
El culto y el cuidado del cuerpo en el sentido de verse bien y no tanto de cuidar la salud, se ha convertido en un afán, en un problema mental que conduce a la idea de desarrollar músculos, de mirarse constantemente a un espejo observando el cuerpo y llegando a una misma conclusión “estoy feíta”, esta obsesión no se discute se sufre.
¿Pero quién no desearía tener un cuerpo delgado y una “figura perfecta”? se cree que la gran mayoría soñamos con esta y eso diariamente se ve reflejado en el comportamiento y las ideas que tiene la sociedad acerca de este tema pues pensamos que el hecho de no tener un buen cuerpo nos limita hasta de ponernos la ropa que quizás nos gusta, además introducimos en la mente ideas equivocadas pero que tienen mucha fuerza en nuestro entorno. La imagen que nos dan los anuncios publicitarios y seres irreales de televisión sobre la “súper mujer” que tiene cuerpo perfecto, una carrera profesional perfecta, un matrimonio perfecto, sumado a la asociación del éxito
Obtener un lindo cuerpo no tiene que convertirse en un sacrificio, si se lleva una dieta y una buena rutina de ejercicio, se puede mantener nuestro bienestar, pero lo más importante a tener en cuenta es que entrar al mundo de la obsesión no facilita la vida, lleva nuestra integridad física y mental al límite.
Cada persona tiene un cuerpo y una forma de ser especial y en eso radica su riqueza, hacer ejercicio favorece la salud, pero si no se consigue lo que consideramos la perfección, no hay que preocuparse porque la salud es más importante que la belleza del cuerpo y si se la conserva siempre se va a ver muy bien.
Ximena del Rosario, muy bien por este escrito. No olvides entregar dentro del tiempo asignado. Miércoles hasta las 6 pm.
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